Este poeta, ensayista y narrador antioqueño nacido en 1935, es autor de: Señales en el techo de la casa (1974), Para que no se olvide su nombre (1974), Geografía (1978), A la sombra del ángel (1990) y En tierra de paganos (1991), La muchacha de la leyenda (2001)...
UN CUERPO DE MUCHACHO
Un cuerpo de muchacho puede medir un metro ochenta en los más altos. Los bajos pueden medir uno cincuenta, depende de la edad. A quienes la metralla ha desfigurado por completo, los cuerpos deshechos por las bombas, se los cubre con largos lienzos que remedan el cuerpo ausente. De la albura de las telas ungidas en la noche por las manos de madres y novias, brota el espectro de un desconsolado mancebo venido del reino de la humedad y de la niebla. Se escucha el treno vigoroso de los altos páramos donde nace su origen y la ventisca emparama eternamente las aldeas dormidas. El rostro impávido de los muertos es la máscara de adolescentes que fueron inmolados al dios del progreso. Jamás supieron de este sacrificio ya que su corazón es tempestuoso y presto, únicamente, al fragor del combate. Los obnubila el atropellado fluir de la sangre por sus sienes heladas: no les fue concedido el don de la palabra para que no los conmovieran las razones del recuerdo que es el único argumento que vence a la muerte.
No llegaron a escuchar los himnos de las sagas para endulzar los labios en el momento supremo ni esperaron a que el juglar venido de los barrios altos pudiera describir la pérfida desventura de sus vidas lanzadas al crimen y al asfalto.